La Ley del espejo.
Todos conocemos a alguien que suele decir esta frase a menudo y, como dice “La vecina rubia”, si no la conoces es que eres tú.
Cuando nos ocurre algo o hay alguna cosa que nos molesta, o bien de alguien, o bien en general, solemos echarle la culpa a algo externo a nosotros mismos.
Algunos estaréis pensando, “pues claro Sara, es que a veces las cosas no las provocamos nosotros”.
Bien, puede que nosotros no provoquemos esa discusión, o eso que nos ha hecho perder un dinero importante o la faena que te ha hecho esa persona. Sin embargo, todo ocurre por algo que está en tu interior. O al menos eso es lo que propone La ley del espejo, que es de lo que vengo a hablarte hoy.
Así como es fuera es dentro. Así como es arriba es abajo.
“Sara, pero, ¿qué me estás contando?”
Pues sí, lo que nos propone la ley del espejo es que todo lo que vivimos externamente es un reflejo de cómo estamos nosotros mismos, de nuestro mundo interior.
Desde esta teoría, cada vez que nos ocurre algo desagradable debemos mirar dentro de nosotros para ver qué debemos solucionar que se está reflejando fuera.
Además, esta ley propone que el reflejo se produce por exceso o por defecto. Es decir, porque algo no está compensado. Lo ideal es estar en equilibrio y mantener el punto medio. Si algo te daña es para sanar algo dentro de ti o para permitirte algo que no te estás permitiendo.
Cuando empezamos a sanar aquello que no queremos ver, a liberarnos de lo que debemos soltar o permitirnos aquello que dejamos para después, como por arte de magia la realidad nos empieza a mostrar algo muy distinto, tu mundo exterior también se transforma. Cuando algo nos afecte, nos produzca rechazo o rabia debemos preguntarnos “¿qué me está mostrando esto de mí?”.
Hay cuatro situaciones que nos mostrará el espejo:
SIMILITUD. La situación nos está mostrando una parte de nosotros que no nos gusta, que no queremos ver.
Debemos aceptar aquello que nos molesta de nosotros mismos para sanarlo.
OPOSICIÓN. El espejo nos muestra algo opuesto a nosotros, justo lo contrario y por eso no lo soportamos.
La vida nos está mostrando que nos estamos posicionando en el extremo de algo y para sanar debemos acercarnos más a un punto medio.
Los extremos nos son buenos y siempre deberemos buscar el equilibrio.
LO QUE TÚ HACES A TERCERAS PERSONAS. El espejo nos muestra algo que nos están haciendo a nosotros, que nosotros no estamos haciendo a esa misma persona. Sin embargo, si ampliamos la perspectiva, nos daremos cuenta de que estamos actuando de la misma manera con otros o, incluso, con nosotros mismos/as.
Debemos tomar consciencia de aquello que estamos haciendo a otras personas y transformarlo.
IDEALIZACIÓN. La diferencia entre nuestras expectativas sobre alguien y la realidad. Lo que nos molesta en otra persona es que no sea como nosotros esperamos, como nuestro ideal, o que las cosas no salgan como nosotros queremos provocando nuestra necesidad de control sobre el otro e intentando cambiarlo.
Debemos aceptar la realidad tal y como es y dejar de querer cambiar a las personas.
Todos tenemos derecho a ser nosotros mismos sin que nadie nos cambie. Sólo nosotros podemos decidir cambiar.
Pondré algunos ejemplos para verlo mejor.
Imagina que a ti te molesta muchísimo la gente tacaña. No la soportas y cada vez que quedas con alguien así te llevan los demonios. Bien, ahora hazte la siguiente pregunta, ¿en qué estoy siendo yo un tacaño? (Similitud) O en el otro extremo, ¿cuándo soy yo extremadamente espléndido y desprendido? (Oposición) Esto nos dará una pista de qué debemos regular en nosotros mismos puesto que si estuviéramos en equilibrio no nos molestaría la actitud de esta persona.
Segundo ejemplo. De repente, sin saber por qué, te da la sensación de que todo el mundo es borde contigo. Tú no te comportas igual y no entiendes nada. Quizá no estás siendo desagradable con esas personas, pero sí te estás comportando mal con alguien de tu entorno, quizá tus padres, tu pareja, tus hijos… (Lo que haces a terceras personas).
Otro más y éste es el más común. Te pasas la vida discutiendo con tu pareja porque no es todo lo detallista que quisieras o con tu amiga porque es demasiado despistada y nunca se acuerda de la hora a la que habéis quedado. A veces, inconscientemente, creamos una imagen ideal de cómo nos gustaría que fueran los demás y esperamos cosas de ellos que sólo están en nosotros mismos.
Si no estás familiarizado con el autoconocimiento y el desarrollo personal puede que todo esto te parezca un poco absurdo. No obstante, no pierdes nada por intentar aplicar esta ley en tu vida y usarla a tu favor. Coge la información del exterior para transformar tu interior.
Si tú no cambias, nada cambia.